🌰 Crema de Avellanas Casera

Un solo ingrediente para un placer puro y natural

Esta deliciosa crema de avellanas casera es tan simple como irresistible: solo lleva un ingrediente, pero ofrece una profundidad de sabor y una textura aterciopelada que te sorprenderán. Ideal para untar en tostadas, como base para postres veganos o incluso para añadir a tu avena caliente. Rica por naturaleza y sin aceite añadido, esta crema celebra el sabor auténtico de las avellanas.

🛠 Utensilios de cocina

• Sartén o plancha

• Procesador de alimentos o batidora con cuchilla resistente

• Espátula

🧾 Ingredientes

• Avellanas crudas: 1 taza (aprox. 140 g)

👨‍🍳 Instrucciones

1. Tostar las avellanas: En una sartén sin aceite, tuesta las avellanas a fuego medio durante 7–10 minutos. Remueve con frecuencia hasta que estén doradas y su piel comience a agrietarse. Deja que se enfríen un poco.

2. (Opcional) Quitar la piel: Para una textura más suave, frota las avellanas tibias con un paño limpio para retirar parte de la piel. Este paso es opcional pero reduce el amargor.

3. Triturar: Coloca las avellanas en el procesador de alimentos. Tritura durante 15 segundos y detente para raspar los bordes con una espátula.

4. Repetir y refinar: Sigue triturando y raspando varias veces. Ten paciencia: a medida que se liberan los aceites naturales, la mezcla pasará de arenosa a cremosa. Este proceso puede tardar entre 5 y 10 minutos.

5. Guardar: Cuando la crema esté suave y fácil de untar, transfiérela a un tarro hermético. Deja enfriar completamente antes de cerrarlo. Guarda en la nevera.

💡 Ideas para servirla

✔ Unta sobre pan tostado o tortitas

✔ Añade a batidos o bowls de desayuno

✔ Mézclala con yogur vegetal

✔ Usa como base para cremas de chocolate con avellanas o coberturas veganas

📦 Conservación

Guárdala en la nevera en un recipiente cerrado hasta por 2 semanas. Si el aceite se separa de forma natural, solo remueve antes de usar.

Esta crema de avellanas casera es una auténtica celebración de la sencillez: prueba de que, con paciencia, la naturaleza puede obrar su propia magia.